séptima sección
En el caso del Estado, su papel de administrador de la muerte es mucho más evidente. Lo que define al Estado, es el ejercicio del monopolio de la violencia legítima, que, para resultar operativo descansa necesariamente en la coerción y la amenaza de castigo. Sabemos además que, en el límite, el mayor castigo posible es la muerte. Frente al modo pasivo de administrar la muerte propio del mercado (“dejar morir”), el método estatal de cumplir esa administración es activo, posee la facultad de dar muerte. Toda su autoridad se sostiene en su capacidad y legitimidad para “hacer morir”. entre el hacer morir estatal y el dejar morir mercantil no hay contradicción. Por el contrario, estas dos lógicas de administración de la muerte se acoplan perfectamente y su trabajo conjunto logra brindar una sólida consistencia a las formaciones sociales por medio de la coerción y los constreñimientos que ejercen sobre los impulsos vitales de los seres humanos. En ese juego de ambas lógicas...